El Centro de Estudios Hidrográficos constituye unos de los edificios más singulares y carismáticos de la larga trayectoria profesional del arquitecto Miguel Fisac. Representa uno de los primeros intentos de proponer el hormigón armado como único material constructivo. También es el primero en Madrid que consigue cubrir un espacio adintelado con vigas de hormigón pretensado con armaduras postesas con una luz de 22 m, así como de los primeros de la capital de España en terminarse en hormigón visto.
El proyecto del actual Centro de Estudios Hidrográficos fue fruto de la conjunción de dos instituciones que, hasta entonces, eran independientes. Ambos Organismos, aunque compartían objetivos comunes, desarrollaban funciones distintas, lo que explica la disposición, en dos edificios, que propone Fisac. Los primeros croquis, bajo el título Proyecto del Centro de Estudios Hidrográficos y Laboratorio de Hidráulica, son de marzo de 1960, el primer plano de obra de noviembre de ese año, siendo inaugurado el edificio en su primera fase el 18 de julio de 1963.
El conjunto está formado por dos pabellones, destinados a servicios y laboratorios para la investigación hidrográfica, construidos íntegramente en hormigón armado, con carpinterías de aluminio y acabados en hormigón visto. El edificio principal, de siete plantas, está destinado a contener un programa de despachos, oficinas, salas de juntas, salón de actos y espacios de uso común. Su volumetría es vertical y prismática, las plantas son rectangulares y la distribución sigue una retícula.
Junto a él se desarrolla el segundo pabellón destinado a los laboratorios. Una gran nave de modelos y otras dos, más pequeñas, para túnel de cavitación y ensayo de máquinas, forman el núcleo principal de trabajo del laboratorio de hidráulica, que se completa con un edificio de dos plantas, destinado a despacho de auxiliares de los técnicos, talleres, cafetería, vestuario, comedor de obreros, etc. Este segundo volumen, contiene una nave diáfana de 88 x 22 m que, por su resolución formal, constituye un exponente en la arquitectura madrileña de ese momento. Ante la necesidad de obtener una rigurosa uniformidad lumínica que impidiese la incidencia directa del sol, Fisac diseñó una estructura de cubrición formada por vigas huecas de gran luz realizadas en hormigón pretensado y apoyadas, generalmente, sobre muros lisos sin huecos. La reiteración de estas piezas no sólo da respuesta a las necesidades estructurales del gran vano, sino que creaba unas posibilidades estéticas de contraste que constituyen la identidad del edificio. También forma parte del conjunto el edificio de reología de dos plantas y una vivienda para el guarda-conserje. El cálculo de las estructuras fue efectuado por los ingenieros de Caminos Julián González Montesino y José María Priego y el equipo de cálculo del mismo centro. El enlace de las partes antagónicas del conjunto se consigue a través de la incorporación de una marquesina, elemento plástico y ligero formado por pequeñas piezas también de hormigón. En 1969, el ingeniero José Antonio Torroja construyó una nueva nave de ensayos fluviales.
La concepción arquitectónica de este Centro –como dice el propio Fisac-
Es de gran sencillez formal y de una absoluta expresividad estructural. Tanto sus elementos sustentantes y de cerramiento, como las calidades de ellos (hierro laminado en soportes, hormigón premoldeado y el realizado in situ, y aluminio en ventanas y puertas) se dejan en su calidad, textura y coloración propios.
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