Torres Ágora emergió en 2004 como un icono dentro del panorama arquitectónico madrileño. La perspicaz dirección de Gabriel Allende supo articular a la perfección su volumetría y combinar las distintas pieles de vidrio, jugando con sus transparencias hasta lograr una imagen distintiva que acabó convirtiéndose en un hito erigido en el norte de la M30.
Su rotunda imagen, con 16 plantas sobre la acera y casi 60 metros de altura, ha soportado a la perfección el paso del tiempo. Sin embargo, en estos 20 años las condiciones han cambiado, exigiendo también a este tipo de edificio toda una serie de nuevas prestaciones. Una conciencia social cada vez más centrada en la sostenibilidad, el bienestar y la conectividad han llevado ineludiblemente a acometer una interesante reforma, que ha calado en el edificio sin que este haya perdido su emblemático carácter.
Atendiendo a esto, la reforma acometida por IBA Capital Partners (sociedad gestora del portfolio de Zambal Spain Socimi, S.A.), de la mano de L35 Architects, ha sido totalmente respetuosa con la imagen original, afrontándola como una operación de cirugía arquitectónica, tranquila y deferente, pero cargada de vitalidad y dinamismo.
Mejorar la accesibilidad ha sido uno de los pilares básicos que ha motivado esta reforma, hasta tal punto que ha acabado convirtiéndose en el catalizador del resto de las intervenciones llevadas a cabo en el edificio. En el proyecto original era necesario superar los casi tres metros de altura que separaban la acera de la recepción mediante una larga rampa, ya que esta se encontraba totalmente oculta y separada de la vía pública.
La incorporación del nuevo acceso a nivel de calle no solo ha mejorado la accesibilidad, sino que ha convertido el gran muro ciego del aparcamiento en la nueva cara representativa del edificio. Esta actuación ha abierto las puertas a la creación de nuevos espacios de convivencia en el lobby, donde un impactante graderío comunica la planta de acceso con la planta jardín. Estos nuevos espacios incluyen salas de reuniones, una sala wellness, un work café y un restaurante, que se abren hacia el exterior, donde un agradable jardín acompaña al edificio en todo su recorrido.
A nivel funcional también se ha intervenido en las plantas tipo, buscando la versatilidad frente a la rigidez inicial en la que ambas torres estaban separadas y se conectaban solamente por pasarelas. La nueva propuesta ha logrado unir ambas torres, creando una continuidad en la que apenas se distingue el tránsito interior de una a otra, aportando una flexibilidad que no existía antes.
Como colofón de la intervención, en la torre norte se ha creado un ático de uso común para todo el edificio, donde grandes superficies abiertas se complementan con salas polivalentes, adaptando sus dimensiones en función de su uso, y permitiendo en todos los casos el acceso a la terraza mirador que abraza al ático en todo su perímetro, ofreciendo al usuario una visión de 360º sobre la ciudad y su entorno.
Todas estas medidas han adecuado el edificio a los más altos estándares de eficiencia energética, que se reflejan en la obtención de las certificaciones LEED BD+C Core&Shell Gold, WELL Core Gold, WELL Health&Safety, Wiredscore Gold y Smartscore.
CESIÓN DE DERECHOS
Si está interesado en utilizar alguna fotografía del reportaje para alguna publicación, revista, catálogo, etc, debe adquirir los derechos de reproducción correspondientes, dirigiéndose a cesión de derechos y rellenar el formulario.