Piscina cubierta en un entrono deportivo. La topografía de su enclave determina su configuración. Un pequeño muro, como si de una valla se tratara, desde la calle se convierte en un gran mirador hasta el espacio de pistas, filtrado por los elementos verticales, que son estructura portante y protección solar, al mismo tiempo, de la piscina cubierta. Los vestuarios bajo la valla y los reflejos del agua recogen el espacio exterior y diluyen la presencia de los pilares ritmados, ante la plantación de pinos, como un eco de los bosques circundantes.
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