PLANOS
El 10 de octubre de 1880, Genís Trias Cuyàs, panadero; Melcior Bruguera Manning, hacendado; Joan Parcet Fàbrega, cirujano; Pere Villà Teyà, fabricante; Jaume Serra Monnà, fabricante; Josep Piferrer Pintó, comerciante; Salvador Boquet Vives, propietario; Salvador Banús Feliu, comerciante; Pere Màrtir Vehil Banús, farmacéutico, y Josep Vehil Font, fabricante, se reúnen para formar una sociedad y edificar, en la finca que había comprado Genís Trias a Antoni Roldós por 4.500 pesetas, “un local que pueda destinarse a teatro, salón de baile, edificio-café.”
El imponente teatro de la Massa se construirá entre los meses de noviembre de 1880 y marzo de 1881 bajo la dirección de obra de Rafael Guastavino Moreno.
Guastavino diseña un edificio circular con una caja escénica rectangular, del que destaca la cubierta de la sala, con una bóveda tabicada de 17 metros de diámetro por 3,5 metros de flecha, y con un óculo de 4 metros de diámetro en el centro y pequeñas bóvedas tabicadas perimetrales con columnas de fundición, que originan el espacio de los palcos.
Rafael Guastavino, de origen valenciano pero de formación plenamente catalana, estudia en la Escuela Especial de Maestros de Obras y posteriormente en la Escuela de Arquitectura, donde entrará en contacto con el arquitecto Elies Rogent. Guastavino partirá hacia Estados Unidos sin ver el teatro finalizado, pero nos dejará su huella en Cataluña en edificios singulares como la fábrica Batlló, sede de la Escuela Industrial de Barcelona, y el teatro de la Massa en Vilassar.
En los Estados Unidos, Guastavino deslumbrará al colectivo de arquitectos ofreciendo la bóveda tabicada, con toda diversidad de bóvedas y cúpulas, como solución para el techado de espacios grandes, una solución económica y efectiva que patentará con el nombre de Guastavino System, fundando la Guastavino Fire-proof Construction Company. Su técnica estará presente en más de 1.000 edificaciones, sobre todo en edificios públicos, y conseguirá ser un referente de la arquitectura moderna de Estados Unidos. El periódico New York Times, publicó el año 1908 su necrológica con la frase “ha muerto el arquitecto de Nueva York”, señal de la enorme transcendencia de la obra de Guastavino en el continente americano.
En 1889, para proporcionar a los socios ocio, instrucción y mutuo auxilio, se constituye en Vilassar la asociación Centro Vilassanés, conocida popularmente como la Massa, en el contexto de un Vilassar en pleno desarrollo textil, generando la necesidad de crear espacios para relacionarse el colectivo de obreros, como la Estrella, o para industriales, dando origen a la Massa.
El Centro Vilassanés, con el café que ocupará las dos plantas del edificio anexo al teatro, será un motor de la actividad social y cultural de Vilassar. Las incontables tertulias en las mesas de mármol del café, los bailes, el teatro y, a partir de 1905, el cinematógrafo, dotaron a la sociedad de una constante actividad. Durante el siglo XX, de la Massa nacerán nuevas propuestas culturales, de protección del patrimonio arqueológico, excursionista…, sin perder nunca de vista las funciones de mutuo auxilio, que cumplían una labor asistencial indispensable.
En el año 1997 se constituye un consorcio entre el Centro Vilassarenc y el Ayuntamiento de Vilassar para impulsar la restauración definitiva del edificio, que se lleva a cabo por el equipo de arquitectos Ignasi de Solà Morales, Lluís Dilmé y Xavier Fabré, y que culmina el año 2002 con la restauración del teatro, convirtiéndolo en equipamiento cultural moderno y retomando una programación estable.
Actualmente la asociación, con el nombre de “La Massa, Centre de Cultura Vilassarenc”, con diferentes secciones de música, poesía, excursionismo…, es continuadora del espíritu originario de ser uno de los motores culturales del Vilassar actual.
La Massa es una de les joyas de nuestro patrimonio arquitectónico, declarado Bien Cultural de Interés Nacional en 2014. Para muchas generaciones ha sido lugar de encuentro, de vivencias, de formación y de sueños, que lo convierten, más que en un notable edificio, en un patrimonio colectivo: la Massa es el teatro de Vilassar, un símbolo y un referente para nuestra pequeña comunidad.
On October 10th, 1880, Genís Trias Cuyàs, baker; Melcior Bruguera Manning, financier; Joan Parcet Fàbrega, surgeon; Pere Villà Teyà, manufacturer; Jaume Serra Monnà, manufacturer; Josep Piferrer Pintó, businessman; Salvador Boquet Vives, landowner; Salvador Banús Feliu, businessman; Pere Màrtir Vehil Banús, chemist, and, Josep Vehil Font, manufacturer, together formed an association and built, on a property purchased by Genís Trias from Antoni Roldós for the sum of 4,500 pesetas, “premises that could be utilised for theatre, dancing and also as a café.”
The impressive La Massa Theatre was constructed between November 1880 and March 1881 by master builder Rafael Guastavino Moreno. Gusatavino designed a circular structure with a rectangular stage area. The building’s most distinguishing feature is the 17-metre diameter Catalan vault over the main hall. At only 3.5 metres in depth the dome is relatively shallow and its structure consists of a double layer of ceramic tiles. It features a 4-metre diameter oculus in its centre and small peripheral vaults supported by cast iron columns that create the perimeter boxes of the hall.
Rafael Guastavino, originally from Valencia but trained and educated in Catalonia, studied at the Escola Especial de Mestres d’Obres (School of Master Builders) and subsequently at the Barcelona School of Architecture where he was a disciple of the architect Elies Rogent. Guastavino left for the United States before seeing completion of the La Massa theatre, but he left his mark in Catalonia with such buildings as the Batlló factory, now the Barcelona Industrial School, and Vilassar’s theatre.
In the United States, Guastavino impressed architects by offering them the Catalan vault with a range of domes and cupolas for enclosing large spaces, a solution that was economic, effective and patented as the Guastavino System, and where he established the Guastavino Fire-proof Construction Company. His work can be seen in more than 1,000 structures, especially in public buildings, and became a benchmark of modern American architecture. The New York Times, in 1908, in its obituary stated that “New York’s architect has died,” a sign of the enormous importance of Guastavino on American soil.
In 1889, with the intent of providing its members a space for leisure activities, teaching and mutual assistance the Centre Vilassanes association, commonly called La Massa, was established in the context of an economically booming Vilassar. That boom led to the creation of collective labour associations, such as the Estrella, or in the case industrial workers the establishment of La Massa.
The Centre Vilassanes, with its café, which occupied the two floors of the building annexed to the theatre, became the principal motor for social and cultural activities in Vilassar. Countless meetings were held over the café’s marble tables, dances, theatre productions and, from 1905, it served as a cinema, endowing the association with an intense level of activities. Throughout the 20th century, new cultural activities, the preservation of archaeological heritage and excursions originated with La Massa …, without losing sight of its duty of mutual assistance fulfilling an essential task of care.
In 1997 a partnership was established between the Centre Vilassarenc and the municipality of Vilassar in order to promote the restoration of the building, which came under the direction of the architects Solà Morales, Lluís Dilmé and Xavier Fabré. This effort culminated in 2002 with the completion of a theatre as a modern cultural facility, which would resume a regular programme of activities.
Currently the association under the name of La Massa, Centre de Cultura Vilassarenc, which includes various sections such as music, poetry, mountain (excursions) …, continues with the original spirit of being one of the cultural motors of Vilassar.
La Massa is one of the jewels of our architectural heritage, declared to be an asset of National Cultural Interest in 2014. For many generations of Vilassar’s residents it has been a meeting place, a place of experiences and training, and a place where dreams have turned, beyond the mere building, into a collective heritage: La Massa is Vilassar’s theatre, a symbol and landmark of our small community.
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